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Ya nada es como antes…

Yo Soy Aquél...
Fue precisamente cuando las televisoras se convirtieron en empresas públicas cuando cambió para siempre esta industria, antes cuando los dueños decidían como responsables directos del contenido, las cosas eran diferentes, no sé si mejores o peores, pero eran diferentes, conocían los procesos de la programación, dejaban madurar los programas, los fortalecían y si era necesario, finalmente, los cambiaban. Hoy en día el factor económico decide todo, trimestralmente se presentan resultados y no hay espacio para la paciencia, para la buena voluntad, para el llamado ‘felling’, ya que todo se ve como negocio. Hoy en día un programa como El Chavo del Ocho no existiría, en el papel no es atractivo que una vecindad conviva con señores vestidos de niños, no atrae, no impacta, no convence, mas en la práctica se convirtió en el programa más rentable de la historia de la televisión mexicana, hoy se requieren los llamados ‘reality’ para llamar la atención, ya sea con famosos, gordos, cirqueros o lo que sea, hoy las telenovelas tienen que tener en sus tramas el rol de un homosexual para que llame la atención, hoy se tienen que desnudar los panaderos, porque si no tal vez no venda la novela, en fin que parece que la presión sobre los niveles de audiencia y ventas son lo que hacen que los productores recurran a elementos tan pobres y obvios porque si no levantan el rating los hacen pedazos los ejecutivos. Hoy no se dan tiempo para programas infantiles como Odisea Burbujas o novelas como Carrusel, hoy la tele abierta compite con costos altísimos contra canales temáticos que pulverizan los recursos destinados a la mercadotecnia con costos más bajos y prácticamente sin censura y eso obliga a los canales a reaccionar como lo hacen. Hoy no se permite que un programa madure, no hay margen de error, por eso vemos lo que vemos.
FUENTE: Record Diario Deportivo
Esteban Arce, Yo soy Aquél...
Lunes 28 de abril de 2008

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