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Pasado de Moda

En pleno siglo XXI, en una época donde la sociedad se empeña por demostrar que ha avanzado en todos sentidos, sobre todo en lo que se refiere a la igualdad entre el hombre y la mujer, nos viene con un anacrónico concurso Miss. Universo en el que desfilan decenas de novenitas como se presentan perritos en concursos caninos o vacas en los festivales de raza que se celebran en Europa. No es que no me gusten las señoritas, al contrario, las encuentro muy bellas y atractivas.
Lo que no entiendo es el porqué cuando se ha avanzado en el respeto hacia la mujer en casi todo el mundo, de repente se sigue presentando un patético concurso en el que un vejete ridículo y misógino como Donald Trump, que es el prototipo del materialismo obsceno, con un peluquín amarillo y cachetes de Bull dog, comanda una caravana anual en donde califican a las niñas de casi todo el orbe como lo hacen con los animalitos en los festivales antes mencionados.

Un concurso que además de premiar la conversión anatómica por medio de la cirugía pone en evidencia a las pobres chicas en cuanto a su escasísimo nivel cultural e intelectual, con preguntas tan vacías como las respuestas mismas, eliminándolas como si fueran pedazos de carne inservible y premiando solamente a la que le conviene a un geriátrico jurado, previamente adiestrado para que gane algún país en especial. En una época en que las jóvenes se provocan el vómito para adelgazar, en donde las vemos morir en aras de permanecer delgadas como las modelos, seguimos aplaudiendo un concurso en el que la que no es de determinadas medidas es botada del concurso por ser cachetoncita o piernudita.

No cabe la menor duda que es en estos momentos en los que demostramos que no hemos avanzado como sociedad, por mas que nos desnudemos en el Zòcalo, por màs que àborteros legisladores y autoridades ` digan lo contrario , por màs que los asambleístas se rasguen las vestiduras para permitir la eutanasia, seguimos aplaudiendo y dando sede a un evento que debió dejar de existir hace años…. Y menos prestarle una vez más nuestra cultura, paisajes y demás en aras a que un abominable Donald Trump, combinado con una televisora estadounidense, engorde sus ya gigantes carteras.

La mujer es, no a mi entender sino al de la naturaleza misma, un ser complementario del hombre que ocupa roles tan valioso como los de éste y no son mascotas, no son piezas de colección. Son seres humanos idénticos en valor y no se deben de devaluar por apreciaciones cavernícolas ´setenteras`que no hacen nada más que denigrar al propio ser humano, al considerar que el valor de éste radica en ciertas medidas anatómicas y patrones diabólicamente establecidos.

Yo soy Aquel….Esteban Arce
Mayo 21, 2007-05-21
esteban.arce@record.com.mx

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