Yo estoy de acuerdo con que las leyes sean justas, que sean para todos, y las modificaciones a la ley de radio y televisión son a todas luces algo bueno. Lo que resulta increíble es que sea un personaje como Manuel Barttlet Dìaz uno de los impulsores de dichos cambios, erigièndose como un paladìn de la justicia, cuando fue èl mismo quien manejò el fraude electoral màs burdo de nuestra era moderna, cuando pretextò la `caìda del sistema`.
De la misma manera, dìa a dìa Jacobo y Abraham Zabludovsky hacen campaña a travès de sus trincheras radiofònicas en este sentido, cuando ellos, y màs específicamente Jacobo, fueron el estandarte de la manipulación informàtica al encabezar el noticiero 24 horas durante dècadas, a travès del cual el oficialismo se manejaba a su antojo. Ahora ambos se desgarran las vestiduras implorando justicia cuando estàn del otro lado de la mesa y las condiciones les son relativamente adversas, y digo relativamente porque tando padre como hijo gozan de desahogadas situaciones econòmicas producto de esos años al frente de los noticieros de Televisa, empresa a la cual ahora acusan de ventajosa.
La ley de medios tiene que ser benèfica para todos los mexicanos y que a travès de ella se mantengan informados, bien comunicados. Me refiero a contar con buenos y variados medios de comunicación , y tambièn que los concesionarios que crean fuentes de trabajo y arriesgan sus capitales no estàn expuestos a caprichos gubernamentales que periódicamente manipulan los contenidos en areas de beneficios partidistas o personales y que controlen las renovaciones con condiciones que convengan a sus intereses.
El gobierno tiene que poner las reglas de una adecuada administración y explotaciòn de las frecuencias y espectros electromagnèticos y al mismo tiempo vigilar su operación, mas nunca controlarla. El estado no sabe hacer televisión, ya lo ha demostrado, pero tampoco sabe cuidar que los concesionarios se manejen con responsabilidad. Sino, nada màs vean la cantidad de tramposos productos que curan acnè, almorranas y la figura, la cantidad de magos, gurùs, astròlogos y fantoches videntes que ven el futuro y lucran con la ignorancia de los màs necesitados. Aquì el gobierno debe poner mucha atención en la ètica de la explotaciòn, en la calidad de los contenidos y en el espìritu de los medios, que algunas veces tendràn que entretener y algunas enseñar, pero sobre todo cuidando los màs elementales valores de nuestra sociedad y no siendo ùnicamente un abrevadero donde gente torcida haga su agosto sin escrúpulo alguno.
Yo soy aquel….. Esteban Arce
esteban.arce@record.com.mx
lunes 11 de junio 2007.
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