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La entrega del Ariel




Ah, pero qué numerito se aventuraron nuestros distinguidos cineastas en la más reciente versión de la entrega a lo mejor del cine mexicano, los famosos Ariel. Resulta que en medio de la ceremonia se cuestionaron todo y se dijeron de todo, es más, solamente faltó cuestionarse por qué se dedican a hacer cine y no son meseros de fonda.
Es un ambiente en nuestro cine mexicano muy echado a perder, en donde cuanto artista sale en pantalla ‘muta’ a ser intelectual, ‘pensador profundo’ e ‘irreverente indomable’ que opina de todo. Es raro aquel que se dedica a hacer lo que sabe y se queda callado; la mayoría de las veces los actores de cine sienten que pertenecen a una escala humana superior, en donde su autenticidad los catapulta a castas muy superiores de la condición humana. Lamentablemente ellos, nuestros artistas de cine, difícilmente pasarían un examen antidoping. Son, en algunos casos, remedos de lo que no quieren ser, y lo que sí quieren ser no es otra que artistas de Hollywood, como los que tanto critican. Si no, vean a Gael y a Diego, que se deslumbraron por los reflectores del plastificado cine estadounidense y ya son parte de él, y con el tiempo son portavoces, como Carmelita Salinas, de todo lo que ocurre en el país.
Nuestros directores también opinan de todo y terminan dirigiendo películas chabacanas que pasarán a la historia porque tal vez dejaron algo de dinero. El caso es que, en su mayoría, están cortados con la misma tijera, son pretenciosos, les falta humildad, quieren ser diferentes y terminan dando un penoso show como el de este año, cuando se entregaron los deslavados Arieles.



FUENTE: Record Diario Deportivo
Esteban Arce, Yo soy Aquél...
Domingo 12 de Abril de 2009




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