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Ataque a la iglesia

Yo soy Aquél...

Esta semana, como en muchas otras, ya se ha vuelto un hàbito periodìstico para muchos comunicadores deshacer todo lo que venga de la Iglesia Catòlica. Ahora tomaron el caso del Padre Maciel para atacar no a un hombre, eso les importa un cacahuate, sino a una instituciòn, y no a una cualquiera, a la institución más antigua de toda la historia; una que, como todas las que conformamos los seres humanos, se compone por los hombres mismos; no se fundan, no se rigen solas, sino que las hacemos los hombres. Y a pesar de que somos falibles y vulnerables, gracias a que se trata de una suma de esfuerzos, salen adelante y toman seriedad y prestigio.
Los actos impuros y deshonestos que haya realizado el Padre Maciel de ninguna manera empañan a toda una institución como los Legionarios de Cristo, que han hecho una gran obra en Argentina, Austria, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, El Salvador, España, Estados Unidos, Italia, Irlanda, México, Suiza y Venezuela; que han fundado cualquier cantidad de centros educativos , formadores de personas y buenas personas.
Ellos no son solo un hombre, que si se equivocó lo hizo solo; pero al margen de sus tremendos errores erigió una gran obra que heredó y que hoy manejan muchos miles bajo un ideal valiosísimo, y que han formado la más grande obra de la Iglesia Católica y de cualquier otra en el último siglo, y eso es lo que vale la pena. La institución queda y el hombre se va.
Entonces, ¿ por qué- me pregunto- la saña de muchos comunicadores de televisión, radio y prensa ante no solamente el hombre sino en contra de los Legionarios de Cristo y de la Iglesia Católica?
Si aplicamos esa lógica entonces diríamos que, si gran parte de la droga viene de Colombia, todos los colombianos son unos narcotraficantes; si Israel ataca la Franja de Gaza, entonces todos los judíos son unos asesinos; si Hamas lanza bombas contra bancos civiles judíos, entonces todos los palestinos son terroristas…
Claro que no, pero cuando una sola persona que pertenece a la Iglesia Católica lo hace mal, y muy mal, se juzga a toda la institución con un afán desmedido. Si así lo hicieran con Fidel Castro, con varios rabinos, con el Dalai Lama y sus añoranzas tibetanas, con los maestros de Yoga y con los dueños de sus medios de comunicación, no me sorprendería. Pero como no es así, entonces me parece muy, pero muy extraño.



FUENTE: Record Diario Deportivo
Esteban Arce, Yo soy Aquél...
Domingo 8 de febrero de 2009




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